Modern Languages and Literatures, Department of

 

Date of this Version

2014

Citation

Published in Changes, Conflicts and Ideologies in Contemporary Hispanic Culture, ed. Teresa Fernández-Ulloa (Newcastle upon Tyne: Cambridge Scholars Publishing, 2014), pp. 165-88.

Comments

Copyright 2014 Iker González-Allende.

Abstract

En los conflictos bélicos, a la mujer se la ha relacionado tradicionalmente con la retaguardia, erigiéndose como modelo de víctima inocente y del sufrimiento de la población civil debido al hambre, las penurias y los bombardeos, así como la soledad y la incertidumbre causadas por la ausencia del esposo y/o los hijos. Ahora bien, la separación entre el frente y la retaguardia y la caracterización de esta última como el único espacio de las mujeres resultan en realidad un mito, puesto que durante las guerras la población civil es víctima de numerosos ataques, y los pueblos y las ciudades terminan convirtiéndose en campos de batalla (Afshar, 2004: 47). Además, la identificación de la mujer con el dolor de la nación que las ideologías nacionalistas promueven supone una simplificación de la realidad femenina y de las múltiples y diversas labores que las mujeres realizan en tiempos de guerra. La mujer termina, por tanto, en el ámbito de la otredad, incomprendida por los nacionalismos, que al estar dirigidos por los hombres, ensombrecen su participación activa y la relegan al espacio de lo simbólico.

Durante la Guerra Civil Española (1936-1939), tanto el bando republicano como el sublevado utilizaron la imagen de la mujer sufriente como medio propagandístico porque resultaba ser un símbolo impactante y poderoso, capaz de infundir energía a los soldados para luchar con más vigor en la defensa de la nación que se hallaba en peligro. Los nacionalistas vascos, igualmente, se sirvieron de esta retórica, como se aprecia en las narraciones Al compás de la fusilería: el dolor de Euzkadi (1938), de Pedro de Basaldúa, y Euzkadi en llamas (1938), de Ramón de Belausteguigoitia. En ambas novelas hallamos a dos figuras femeninas, la madre y la novia, que simbolizan el dolor del País Vasco bajo los ataques de los sublevados. Las madres se representan como víctimas inocentes, identificadas con la nación siguiendo el modelo tradicional de la mater dolorosa. Aunque las madres asumen diversas actitudes ante la muerte de sus hijos en el frente, tales como la protesta, al final o la terminan aceptando estoicamente o le culpan al enemigo, no desafiando así los principios de la ideología nacionalista. Por su parte, los personajes de las novias se erigen como las futuras madres de la nación. Las novias muestran una feminidad tradicional, basada en la belleza, la pureza y la castidad, y al igual que sus novios soldados, son defensoras del nacionalismo vasco. El objetivo de su noviazgo es el matrimonio, que simboliza la continuación de la nación. El final de estas narraciones, sin embargo, apunta a las dificultades de la supervivencia de Euskadi: la muerte del soldado o la incertidumbre sobre su futuro muestran a una novia desolada que terminará por erigirse en otra mater dolorosa.

Share

COinS