Modern Languages and Literatures, Department of

 

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2011

Citation

In El exilio republicano de 1939 y la segunda generación. Ed. Manuel Aznar Soler and José Ramón López García. Sevilla: Renacimiento, 2011. 1052-58.

Abstract

Como numerosos exiliados, Pilar de Zubiaurre (Garai, Bizkaia, 1884-México D. F., 1970) se despidió de su tierra en dos ocasiones: al cruzar la frontera con Francia y al tomar allí posteriormente un barco rumbo a América. En la entrada de su diario del 12 de septiembre de 1938 mostraba así su reacción ante la huida al país vecino: «Estos días he llenado mis ojos de estas montañas y mar que aún son tierra española, para llevarlas tan dentro que las contemple con los ojos cerrados cuando esté a miles de kilómetros de aquí» (Zubiaurre 299). Ya en México, Zubiaurre recuerda en sus memorias su partida en barco: «En el puerto estaba el Statendam, enorme, con sus infinitos pisos de claraboyas sobre la línea del mar. Dijimos adiós con lágrimas en los ojos a la costa francesa; era Europa. ¿Cuándo volveremos y cómo?» (Zubiaurre 302). Pilar de Zubiaurre debía abandonar España y su País Vasco natal debido a su apoyo al Gobierno republicano. Lo hizo en compañía de su marido, el crítico de arte «Juan de la Encina», pseudónimo de Ricardo Gutiérrez Abascal, y su hijo Leopoldo. Durante la guerra civil Zubiaurre se había encargado de dirigir un orfanato madrileño a petición del Ministerio de Justicia, mientras que su esposo había sido nombrado vocal de la Junta de Incautación y Protección del Tesoro Artístico. Sus estrechas conexiones con el Gobierno Republicano motivaron su traslado desde Madrid a Valencia junto a otros intelectuales, y posteriormente su exilio a México se debió a la oferta que Lázaro Cárdenas realizó a Juan de la Encina y otros pensadores republicanos para formar parte de La Casa de España (González-Allende 424).

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