Modern Languages and Literatures, Department of

 

Date of this Version

2020

Citation

This article was published by Carmelus 67 (2020): fasc. 1:129-205.

Comments

Copyright © 2020 Elizabeth Wilhelmsen

Abstract

Un particular histórico firme es que fray Juan, durante el periodo de residencia en el Monasterio de la Encarnación de Ávila —de 1572 a 1577—, asiste al Capítulo de Almodóvar del Campo, diócesis de Ciudad Real, celebrado en agosto-septiembre de 1576. Con anterioridad a su encarcelamiento, pues, nuestro sujeto pasó por Torrijos y Toledo, un paso furtivo, realizado en grupo, en el que era indispensable moverse con celeridad. A la salida de «la Encarnación» aquella noche de diciembre, el santo desconocía adonde le conducían. Puede venir a colación el que Juan, en una comunicación con Ana Ma de Jesús, religiosa de «la Encarnación» admitiese haber pedido la gracia de expiar transgresiones puramente potenciales. Una sospecha de esta investigadora es que el de Yepes anhela expiar yerros ancestrales.

El destino de la jornada es el Carmelo Calzado de Toledo. Se hallaba éste emplazado en el extremo oriental de la ciudad, adyacente a una brusca caída del terreno hacia el Tajo. Podríase decir que el cauce fluvial del río, en su curso alrededor de la encumbrada y compacta urbe, ciñe a la misma en un estrecho lazo. En las inmediaciones del convento, todo es vertical. El moderno Paseo del Carmen se extiende norte-sur al este de su antiguo lugar de asiento. Desde esta calzada —que se sitúa dentro de la muralla defensiva pero casi a la altura topográfica de sus almenas— es vertiginoso el desnivel hacia el río. Al otro lado de la garganta del Tajo, se yerguen, a un tiro de ballesta, el puente de Alcántara y el castillo hispanoárabe de San Servando. Más allá, unos cigarrales y el paisaje pardo característico de la comarca.

Share

COinS