Modern Languages and Literatures, Department of

 

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2009

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Published in Exilio y artes escénicas . Eds. Iñaki Beti Sáez and Mari Karmen Gil Fombellida. San Sebastián: Saturrarán, 2009. pp. 655-78.

Abstract

El exilio de 1939 supuso para el teatro vasco y español una discontinuidad mayor que para los otros géneros literanos, ya que como apunta Manuel Aznar Soler, al tratarse el teatro de un arte social que adquiere su plena significación por medio de las representaciones escénicas, se perdió el contacto con su público originario (1999, 12). No fueron. demasiados los escritores vascos que cultivaron el teatro en el exilio, pero a pesar de ello, en opinión de José Ángel Ascunce, el género dramático poseyó un protagonismo indiscutible en las comunidades vascas desterradas, especialmente en los Centros Vascos o Euskaletxeak, donde la incorporación de cantos y bailes vascos posibilitaba el reforzamiento de la comunidad nacional (98).

José Martín Elizondo (Getxo, 1922) y Ramón de Belausteguigoitia (Llodio, 1891 -Madrid, 198 1) son dos representantes del teatro del exilio vasco cuya evolución personal y profesional es claramente divergente. Mientras que Martín Elizondo ha consagrado toda su vida al teatro y su producción literaria se ha circunscrito exclusivamente a este género, Belausteguigoitia sólo escribió una obra de teatro y se dedicó más a la narrativa, tanto de novelas como de ensayos. Por otro lado, ambos escritores experimentaron el exilio en diferentes épocas y territorios. Belausteguigoitia abandonó el País Vasco antes de la Guerra Civil, concretamente en 1925, para trasladarse a vivir a México, donde se dedicó a la explotación de una fmca en el pueblo de Villa Hidalgo (Garayo Urruela 201). La agricultura fue una de sus principales preocupaciones, sobre la que escribió en diversos momentos. Tras licenciarse en Derecho y ampliar sus estudios en Londres, trabajó como corresponsal en el extranjero durante la Primera Guerra Mundial. En 1936 viajó a China, Japón y Rusia, pero se encontraba en España cuando estalló la Guerra Civil, sobre la cual redactó su extensa novela Euzkadi en llamas (1938). A partir de ese momento permaneció exiliado en México hasta 1974, dedicándose a las tareas agropecuarias (Bacigalupe 23). Belausteguigoitia se integró plenamente en la vida del país americano, llegándose a alistar en su ejército corno voluntario durante la Segunda Guerra Mundial. Por lo tanto, nos encontramos ante un autor que primero fue un emigrante y posteriormente un exiliado. Al igual que Martín Elizondo, Belausteguigoitia tuvo un claro compromiso antifianquista. Pertenecía al Partido Nacionalista Vasco, con el que siguió colaborando junto a sus hermanos en el Centro Vasco de México.

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